martes, 18 de diciembre de 2012


                                 Navidad...

Cada temporada de la navidad trae consigo una paradoja: regalos, gastos, alegría, tristeza, gozo, melancolía, recuerdos y metas. La Navidad tal como la celebramos hoy, nunca fue una festividad para la Iglesia primitiva. No fue hasta el siglo IV, bajo Constantino, que la Iglesia, que gozaba de privilegios al ser la religión oficial del imperio romano, adopto el 25 de diciembre para conmemorar al natalicio del Señor Jesús. Coincidentemente con el 25 de diciembre se celebraban las fiestas paganas del Sol y Saturno. Al aceptar dicho día para celebrar la Navidad se sustituía una observación cristiana por la pagana.

Es muy interesante notar que los días de la semana habían sido dedicados a la adoración de los dioses mitológicos romanos; El lunes (en ingles Monday) fue dedicado y nombrado en honor a la diosa Luna. el martes (en ingles Tuesday con la etimología de Thor) fue dedicado al dios Marte. El miércoles fue dedicado al dios Mercurio. El jueves fue dedicado al dios Júpiter, El viernes fue dedicado a la diosa Venus,. El sábado fue dedicado al dios Saturno. El domingo (en ingles Sunday) fue dedicado al dios Sol.

Yo no creo que Jesús haya nacido el 25 de diciembre. pero la centralidad y la importancia de la Navidad no debe estar tanto en el día sino en la verdad histórica de que Jesús, el Hijo de Dios, nació en la familia humana.

La Navidad tiene un significado social: la Navidad representa una competencia individual y al mismo tiempo colectivo. Navidad representa comercio, ventas especiales.  La Navidad nos produce mucha tensión y hasta depresión; en lo financiero, en lo emocional, en lo familiar.

No podemos ignorar que en esta época las estadísticas como consecuencia de crímenes, accidentes, homicidios y hasta suicidios aumentan. Muchas personas escogen el día 24 de diciembre o el día 31 de este mismo mes para cometer suicidio. Nos preguntamos  ¿Por qué? A causa de la depresión que estos días pueden producir en muchos corazones melancólicos, oprimidos y solitarios.

También la Navidad tiene un significado religioso: Hemos cambiado el pesebre por el arbolito de navidad; los magos por el anglosajón barrigudo, risueño, saludable y dadivoso Santa Claus (Papá Noel).

Lamentablemente muy poco se hace en las congregaciones evangélicas para recordar los milagros de la navidad. El milagro de la concepción de María. Este es uno de los milagros pilares de la fe cristina. María quedó embarazada sin la mediación humana, todos sus órganos reproductivos fueron activados por el poder de Dios. También hay que considerar el cambio de pensamiento en José, Sólo Dios podía cambiar la mente de José. Se necesitaba mucha fe y estar en el lugar de José para creer la historia. María estaba embarazada y decía que era de Dios. Hay otros milagros como: El milagro del tempo preciso para el alumbramiento (Lucas 2.6). El milagro del pesebre. (Lucas 2.7). El milagro de la estrella (Mateo 2.1, 2).

No podemos ignorar el significado espiritual. La Navidad debe ser una época para pensar más en Jesús, sus obras, en sus milagros, en su amor y en su misericordia. En esta Navidad podemos dar un buen regalo a otros. Cuando damos un regalo lo envolvemos. Lo podemos envolver con una sonrisa a algunas personas que esté entristecidas. En estas navidades busque a quien necesite una sonrisa y regale una vista a alguien que esté solitario. Debemos entregarnos a los demás. Un testimonio de lo Cristo ha hecho en nosotros. El mejor regalo de esta navidad esta en sólo cinco letras J- E-S-U-S. El creyente, tiene que aprovechar estos días navideños para testificar a sus seres queridos, amigos y vecinos.

Digámos: ¡Gracias Dios...hoy  ha nacido un Salvador que es Cristo el Señor!

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